En un mundo formado por siete reinos en manos de siete familias nobles, monarcas, caballeros y soldados son peones en los diferentes juegos y estrategias por el trono bajo el cual los siete están sometidos.
A partir de los años 90, varias cadenas de pago y de cable estadounidenses empezaron a producir series de televisión con una gran calidad, no solamente contando con un buen presupuesto y notables valores de producción sino también incorporando actores de cine que no se hubiesen dejado tentar por la televisión en el pasado, siempre considerada como un producto menor anteriormente. La cadena HBO es uno de los líderes en este campo, siendo la responsable de "Los Soprano", "Roma", Hermanos de sangre" o "Broadwalk Empire" entre otras. Por ello, la adaptación de la serie de novelas de aventuras en un mundo de fantasía de estilo medieval escrita por George R. R. Marton había levantado grandes expectativas y era uno de los estrenos más anticipados del año 2011. "Juego de tronos" difícilmente puede superar lo que se esperaba de ella pero sí es una nueva gran serie que aúna las mejores características de la televisión actual.
A pesar de que el nombre del autor de las novelas se parezca de manera sospechosa al de J. R. R. Tolkien y que la acción transcurra en un mundo imaginario lleno de aventuras épicas e intrigas, "Juego de tronos" solo tiene de fantasioso su localización y ambientación, ya que la acción y los personajes son más acorde a los de cualquier película de estilo puramente medieval. La serie crea su mitología propia con una gran facilidad, algo un tanto complicado teóricamente dado el gran número de personajes involucrados y rápidamente deja inmerso al espectador en el juego de poder por un trono de una forma totalmente absorbente. E incluso parece que esta adaptación se mantiene fiel a los libros, contando no solo con el beneplácito del autor sino también con palabras de alago por su parte por cómo se ha realizado esta traslación del papel a la pantalla.
A medida que pasan los episodios, las tramas, conjuras y movimientos maquiavélicos se van enredado progresivamente, creando una especie de culebrón palaciego marcado por el tono duro y oscuro de la serie y aderezado con algo de violencia. A pesar de su impecable aspecto, una de las dudas que pueden asaltar es hasta cuándo se puede estirar esta trama para que no de la apariencia de ser repetitiva y cansina, aunque dudosamente alguien tendrá esa sensación en la primera temporada compuesta únicamente por diez capítulos y dependerá más de cuantos años quieran que esté en antena. Un ritmo un poco más acentuado y una mejor sensación tanto propósito como dirección en la historia harían que esta incógnita nunca fuese preocupante, siendo éstas las únicas carencias de este producto televisivo que tiene las armas necesarias para ser una nueva incorporación en la lista de las series casi mitificadas que la cadena HBO produce.
Uno de los grandes atractivos de "Juego de tronos" es lo notablemente bien confeccionados que están los personajes y el gran casting que se ha hecho. La lista de actores presente aquí es prácticamente interminable, siendo Sean Bean, Lena Headey y Nikolaj Coster-Waldauseguramente los rostros más fácilmente reconocibles entre los intérpretes principales. Pero si alguien destaca sin lugar a dudas es Peter Dinklage en su papel de hermano enano. A pesar de que en muchos papeles anteriores su rol está confeccionado más como la vis cómica o estigmatizada por su estatura, aquí tiene un papel magníficamente compuesto y el cual el actor llena soberbiamente, robando cada escena en la que aparece.
Sin grandes esfuerzos se puede algar a esta serie por su reparto, por su ambientación, localizaciones, estilo y producción pero lo más memorable de "Juego de tronos" es su capacidad para envolvernos en su intrincada narración de una forma cautivadora, cuya historia resulta interesante y atractiva siempre y cuando su alto nivel de escritura se mantenga y no tienda hacia las telenovelas de capa y espada.
WINTER IS COMING
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